MIEDO A
DECIR “NO” CUANDO LO QUE QUEREMOS ES DECIR “SI”
Algunas personas sufren cada vez que se han de
negar a algo, bien sea por miedo a defraudar las expectativas de la otra
persona, o por temor al “qué pensará si le digo que no”, o miedo a no saber
cómo decirlo, por pensar que se va a dañar a la otra persona, o por simple
pereza, no tener ganas de explicar o decir nada.
Puede ser debido a tener miedo a no ser valorados
y queridos por los demás. Nuestra necesidad de ser valorados y tenidos en cuenta
puede llevarnos a mostrar una constante disponibilidad a todo lo que se nos
pidan, sugieran o demanden, lo cual, nos sume en una dependencia no solo de los
demás, sino también de desear dar una imagen no acorde con nosotros mismos.
Ser dependiente de los deseos de los demás dificulta
tu evolución personal, debilita tu autoestima e imposibilita tu libre responsabilidad
que propicia unas saludables y equilibradas relaciones de interdependencia con
los demás, en las que decimos “sí” cuando lo consideramos adecuado y en las que
mantenemos vigente la posibilidad de decir “no”.
En ocasiones, es conveniente decir NO, pero si cedes
siempre, te haces daño y no eres sinsero contigo.
No te sientas culpable cuando tengas que decir
NO, porque es una respuesta como cualquier otra.
Cuando dices “NO” por considerarlo justo, es una
excelente forma de comprobar en qué medida se te valora, se te quiere y se te respeta, por cómo eres
en realidad.
En definitiva, es de suma importancia ser
“autoasertivo”, es decir, se consecuente con contigo mismo, y para ello, debes
decir “NO” cuando es “NO”, y “SI” cuando es “SI”, estar en consonancia con
nuestros deseos, necesidades y opiniones no es ser egoísta, sino es ser una
persona responsable, con alta autoestima y madura.