Es un gravísimo error pensar que las emociones deben ser controladas. Exteriorizarlas, expulsarlas, sacarlas fuera, es algo que se convierte en una necesidad para el ser humano (recordemos lo perfecto que es nuestro cuerpo humano, todo lo que sucede en nosotros, sirve para algo; el cuerpo- la mente son unos perfectos reguladores de nuestra balanza interna, y deberíamos escucharnos más y controlar menos). No dejar que las emociones fluyan puede hacer que nos lleve a padecer enfermedades físicas y psicológicas típicas tales como psoriasis, úlceras, alopecia, tensiones musculares, adicciones, insomnio, problemas alimentarios, cefaleas, migrañas, cáncer, gastritis, problemas cardiovasculares, depresión, ansiedad, compulsividad, trastornos sexuales, etc.
“Toda
emoción nos aporta información importante, por lo que es crucial que
aprendamos a evitar el miedo a sentir cualquier emoción. Cuando uno se
siente cómodo estando emocionalmente incómodo, puede recordar los hechos
emocionalmente dolorosos sin ser vencidos por ellos. Se pueden soportar
los sentimientos del momento presente hasta que el dolor haya desaparecido
y el mensaje haya sido entregado. De esta forma, no sólo seremos capaces
de soportar la experiencia emocional, sino también salir de ella con mayor
energía, profundamente relajados y con una mayor sensación de logro y
autodominio personal.” JEANNE SEGAL.
Es necesario que todo el mundo aprenda a manejar sus emociones, para mejorar en salud y calidad de vida.